
Uno de los más grandes efectos colaterales de la navidad es sin duda alguna el consumismo, que está presente prácticamente en todos lados, llegando incluso hasta nuestros propios hogares, a través de los tentáculos de la publicidad presente en los medios, particularmente en la televisión. En la búsqueda de una vía de escape, generalmente recurrimos al cine; es lo que un día hice y me encontré con una película de terror: Pesadilla I. Más que asustarme, me produjo nostalgia, porque es el primer filme de miedo que ví; fue la puerta de entrada a un mundo repleto de atmósferas sombrías y bizarros personajes como Freddy Krueger, Jason Voorhees, Michael Myers y un largo etcétera. Puede sonar extraño, pero sí, estos personajes que, otrora, nos causaron tan frenéticas sensaciones a la hora de sentarnos frente a la tevé, esos crueles victimarios que tanto nos impactaron con su inclemencia, en realidad son víctimas, ya que se transformaron en parásitos del consumismo que tan en boga está en esta época de año. Sus creadores son cineastas que marcaron pauta en el cine de terror de los 80. Realizadores como Wes Craven, John Carpenter, entre otros, son los progenitores, y al mismo tiempo, cómplices del paulatino deceso de estos icónicos personajes, porque ellos, de uno u otro modo, ya sea en la dirección o en la producción (mayoritariamente en esta última) los expusieron a secuelas desastrosas, que en vez de miedo daban risa, y todo esto para ganar más dinero. No obstante, llegó un momento en que los espectadores realmente se compadecieron y, probablemente, se apenaron al ver como, secuela a secuela, sus villanos favoritos estaban en lamentables condiciones de hipoxia que, finalmente, los llevaría a una inevitable muerte, como la que ellos propinaron a tantos inocentes. Sin embargo, esta muerte fue lenta, y bastante en algunos casos (Jason tuvo 10 continuaciones y un decepcionante filme donde se enfrenta a Freddy ) pero he aquí una moraleja: así como pecas, pagas.

La navidad es una época en la que el consumismo está a flor de piel, lamentablemente esa es la realidad, y no sacamos mucho con pedir al Viejito Pascuero que atenúe un poco esta situación que, en algunos casos, trae consecuencias impensadas en el año venidero, pero lo que sí se le podría solicitar es que nos regale una película de terror como las de antes: entretenida, con una buena dosis de suspenso, con personajes dignos de recordar, que use adecuadamente el morbo y que no abuse de él (eso es tema para otro comentario) y, sobre todo, con secuelas decentes, aunque eso es como pedirle peras al olmo; pero bueno, la esperanza es lo último que se pierde.
3 comentarios:
wena nico, al fin t hiciste un blós.. me costó leer tu pensamiemmto pq es muy largo jajaj.. aunq no entendí mucho tu analogía de las pelis de terror con la navidad, pero weno cada loco cn su tema..
sigue escribiendo pos, pa leerte..
saludossssssssssssss..
amigoooooooooooooooooooo...
Angela.
yapue mostro.. actualiza!
Felizz Cumple!!
un año más... q más da..
y acuérdate q la inspiración.. no existe.. jejej
Saludos amigo mio,
nos vemos el viernes!
Niiico.. dónde estássssssss?¿??¿?
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